Al encender el computador esta mañana, la sorpresa fue magnífica. En mi cuenta de correo apareció un mail que esperaba desde hace días. Por último -pensaba- vale un lacónico acuse de recibo diciendo que lamentablemente nada podía aportar a la investigación.
Pero el correo estaba allí, lleno de nuevos antecedentes sobre Carlos Flach o Von Flack como prefirió ser conocido acá en Chile y en Patagonia. Es una sobrina del personaje que investigo, una anciana sueca que logré contactar gracias a la colaboración de una conciudadana suya y familiar lejano, a la que había yo escrito patudamente hace algunas semanas atrás, sin mayores pretensiones, sólo jugando con el azar.
Así supe que a los 20 años Carlos Flach había recibido de su padre un boleto en barco, solo de ida, a Sudamérica, pues se había convertido en un dolor de cabeza para el viejo Sigismund quien deseaba que sus hijos progresaran en el trabajo y Carlos sólo buscaba la buena vida.
Y supe que conoció a su futura esposa tempranamente, con la que convivio al parecer antes de matrimoniarse, lo que habla a las claras de una vida al filo de las reglas de la aristocracia criolla.
La misión ahora, a petición de la sobrina de Carlos, es ubicar información del hijo de este antagonista de la historia aysenina. De nombre Raoul, este hijo se habría casado con una sudamericana de nombre Ema Díaz (no se sabe si es chilena o de otra nacionalidad).
La historia de Carlos Flach, lejos de cerrarse, depara nuevas sorpresas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario