24 julio 2014

Los archivos documentales de Aysén: retazos para una historia recortada

En el Archivo Nacional Histórico de Chile (calle Miraflores # 50, frente a la pequeña Plaza Benjamín Vicuña Mackenna) se encuentra el Patrimonio documental de las administraciones de gobierno regional de la nación hasta mediados del siglo XX más o menos, en los Fondos denominados Gobernaciones, Intendencias y Municipalidades.

De Aysén, hay solo 1 volumen, es decir 1 libro, en el Fondo Intendencia de Aysén, correspondiente al año 1931.

Nada más.

¿Dónde están los documentos gubernamentales de carácter local producidos desde la instalación de administración pública en la Provincia en los primeros meses de 1928?

Es una pregunta aún sin respuesta. Aquel único volumen de Intendencia es a la vez testimonio de la fragilidad histórica de Aysén y valioso conjunto de breves documentos que dan cuenta del trabajo administrativo bajo el mando de Luis Marchant González, segundo intendente de la provincia de Aysén.

Se podría pensar que todo se quemó en el gran incendio de la Intendencia de Aysén, pero eso sucedió en los años sesenta. ¿Por qué no llegaron los documentos oficiales de la provincia antes al Archivo Nacional? ¿Llegan hoy los documentos oficiales de la administración regional a un fondo documental que permita en el futuro comprender desde una perspectiva “oficial” el devenir de este presente vertiginoso?

Para encontrar documentos oficiales de Aysén hay que tener mucha suerte, algo de olfato. Pero ante todo una suerte excesiva. Muchos documentos están en bibliotecas particulares, muchos dispersos entre volúmenes y volúmenes de los Fondos documentales de Ministerios y otros servicios públicos.

Es hora de avanzar en el desarrollo de un Archivo Documental Regional, donde resguardemos la producción documental que es testimonio del desarrollo de esta región que ya no puede seguir escudando su fragilidad histórica en una juventud pretendida frente a las otras historias regionales.

En 2001-2002 Aysén participó del proyecto Censo Guía de Archivos de España e Iberoamérica, lo que permitió catalogar 48 registros de archivos públicos y privados sólo en el territorio regional (ver http://censoarchivos.mcu.es). Este trabajo fue la primera y hasta ahora más importante iniciativa por reconocer los lugares donde se encuentra nuestro patrimonio documental.


Pero es necesario comenzar a pensar en un Archivo Regional que permita el acceso público a los documentos que dan cuenta de nuestra historia, hasta ahora construida con los retazos y recortes que se van encontrando en el afán investigativo que mueve a no pocos investigadores dentro y fuera de la región.