Al releer el relato historiográfico de la región podemos darnos cuenta
que el movimiento colonizador protagonizado por las familias originarias del centro
sur de Chile que comienzan a llegar a inicios del siglo pasado permitirá el
surgimiento de una primera propuesta de desarrollo desde la comunidad
pobladora, propuesta que será pensada y divulgada por varios pobladores del
valle Simpson, a partir de 1913 directamente a las autoridades nacionales
mediante oficios y solicitudes, como también en la prensa de Puerto Montt.
Aquellos primeros pobladores, habitantes reflexivos y visionarios, no
desconocían la abundancia de recursos naturales existentes en el territorio, es
más, la consideraban como base para un poblamiento amplio y orientado por
familias chilenas que quisieran surgir mediante su trabajo y esfuerzo. Del
mismo modo, estos pobladores consideraban que las grandes explotaciones
ganaderas, ejemplos de un modelo de desarrollo exclusivamente economicista, que
si bien daba trabajo a gran número de personas, beneficiaba a un pequeño grupo,
no debían seguir siendo avaladas por el Estado.
Varias fueron las cartas escritas a las autoridades solicitando apoyo
para que las pequeñas explotaciones ganaderas, forestales, agrícolas o mixtas
que probaban suerte en los valles Simpson y el lago Buenos Aires (actual General
Carrera), pudieran en conjunto formar una colonia nacional en lo que llamaban
El Huemúl y valle del río Simpson (otoño e invierno de 1913, verano de 1914 por
ejemplo). Escasas las respuestas que recibieron.
Hacia 1920, el Ingeniero José Pomar reconocía que el mejor modelo de
poblamiento y desarrollo para el territorio era el de la colonización particular
como él mismo la denominó, pues aseguraba que cada familia propietaria
trabajara su predio y con el apoyo estatal (caminos, puertos, administración)
para sacar sus productos al comercio nacional, se aseguraba la incorporación
del área a la vida política, económica y cultural de la nación. Y hacia esa
opción de desarrollo se orientaron sus sugerencias a las autoridades de la
época.
Esta propuesta de desarrollo levantada por los pobladores mencionados,
liderados por José Silva Ormeño, Adolfo Valdebenito y apoyados por visitantes
como Fridolín Franz, se
plasmó por ejemplo en la fundación de un poblado, Balmaceda, el que comenzó a
ser visualizado por José Silva Ormeño ya a fines de 1912 y que en una carta al
Ministro de Colonización fechada en agosto de 1913 llamaba “Inmigrantes”, nombre
que fue cambiado por el de Balmaceda en homenaje al primer presidente chileno que
apoyó la colonización de pequeños campesinos chilenos.
La idea de los pobladores era que Balmaceda se convirtiera con el tiempo en
centro dinamizador del territorio.
Sabemos que otra fue la historia, pues tanto el Estado como la misma
Compañía Ganadera que explotaba vastas zonas de la cuenca del río Aysén,
orientaron el surgimiento de los poblados de Puerto Aysén y Coyhaique,
manteniendo el control de las dinámicas sociales y productivas de la época.
Paralelamente otras zonas del extenso Aysén, se iban poblando
lentamente y en ellas se reproducían los mismos conflictos y limitaciones al
poblamiento particular.
Extracto
del artículo titulado Breve reseña histórica de los movimientos por el
desarrollo de Aysén, publicado en el sitio: http://issuu.com/codesa/docs/breve_rese_a_del_desarrollo_de_ays_n