03 septiembre 2007

He de hablar con ciertos muertos

Tumba casita, Cementerio El Claro, Coyhaique.
I
He de hablar con ciertos muertos cada vez que arribo a algún lugar o paraje habitado por esos otros de los que soy una imagen borrosa y decorativa. Pero qué les pregunto que no deba responderme yo mismo hacia dentro o a viva voz -ahogada siempre por el viento, la lluvia incluso, el infinito silencio de estos recintos poblados por los “idos”.

Inicié esta conversación de silencios a principios de 2001, tengo la impresión que en un cementerio repleto de romance y viento acorralado. Le llaman cementerio El Claro, porque se ubica en un sector rural de nombre homónimo en las afueras de Coyhaique, capital regional de Aysén.

Allí estuve visitando tumbas escarchadas, casitas derruidas, cerquillos a punto de desplomarse con el peso de la nieve. Allí estuve, intentando entablar una conversación mediada por las imágenes que capturaba a intervalos con mi cámara.

Quizás cómo fue que llegaron a estar así dispuestos ante el olvido. O estar velados en cada costado de sus representaciones póstumas, chorreados de cera y de restos de la piadosa basura de alguna antigua visita: vestigios descoloridos de ramos plásticos, de rosas multicolores, envoltorios diseminados anunciando la devoción de los vivos olvidados para siempre por esos cuerpos imaginados allá abajo.


(El articulo completo al que pertenece este texto fue publicado en http://www.antropologiavisual.cl/, Nº 8, diciembre 2006)

2 comentarios:

F dijo...

Bonito trabajo en una bonita página, me trae los mismos aires de aquellas tardes y mañanas en que compartimos parte de este maravilloso proyecto que pide continuar...

Mauricio Osorio Pefaur dijo...

Pide continuar, sobre todo porque hay muchos y muchas ahí, amenazados de un ahogamiento descomunal, de una segunda muerte en la muerte.

Un abrazo Luxumei

mauro