A muchos compatriotas les da vergüenza el pillaje, el vandalismo, ese "terremoto social" del que ya comienza a hablar la prensa.
A mí me da vergüenza no haber sido más firme en denunciar, en reflexionar, en difundir que la desigualdad social que hemos construido ha sido un abono fructífero para lo que hoy se ha desatado a raiz de la tragedia.
Chile necesita recomponerse material y espiritualmente. La labor de reconstrucción será ardua y es un deber como miembros de esta nación, contribuir a reconstituir los lazos sociales, combatir la lógica que asume como natural la desigualdad y como un fin la acumulación de bienes materiales que demuestren nuestro "desarrollo". Hoy lentamente vuelven a surgir las prácticas sociales primarias de solidaridad, las ollas comunes, el reparto del pan, del agua, las actividades recreativas para los niños y niñas, que permitan aminorar el daño psicosocial que van acumulando al ver más que la destrucción, el dolor de sus padres, de los adultos desolados.
Arriba Chile, arriba compatriotas. Nuestro país verdadero, ese que está detrás de esta mascarada de exitismo que hemos adoptado, es el que debe resurgir desde la misma tragedia.
1 comentario:
SIII SEÑOR
Totalmente de acuerdo
Dos abrazos y muchos ánimos
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