09 febrero 2007

Quemar las alas
He venido aquí pendiendo de un hilo hirsuto
apagado pese a la clara luna que se mece con el viento
sobre mis pasos la grosera muerte
avanza desganada
a la rastra con sus carnes amarillas
que suelen deslizarse desde el ropaje
plagado de remiendos burdos y provincianos
¡Ay! Qué muerte más famélica me persigue,
¡Qué patética fealdad posee su memoria!
Pero he llegado.
Con las alas equilibradas en mi alma
y este cuerpoque no se anima resplandecer
ante el oleaje de plumas azules
intuido en un horizonte recortado
He llegado montado en un cansancio
de animales carcomidos
con ganas de posar mi humanidad sobre la hierba lastimada
por el hedor que me anticipa.
Estoy aquí,
hecho un atado de harapos ante ustedes
¡Qué tienen que decirme!
No les oigo.
¿Que me acerque?
¡Inútiles!
Enciendan ya la hoguera
el fuego acecha vuestras manos
cójanlo de una vez
como a una flor caída, pero bella.
Arrímenlo a los leños
¡Que arda ya la hoguera!
He venido a quemar las alas de mi alma
y ustedes yacen ahí paralizados.
Parecen más muertos que el futuro mío
en estas tierras.

No hay comentarios.: