19 agosto 2015

¿Qué hacemos Julio?

-¿Qué hacemos Julio?

El rostro de Florencio Tornero estaba desencajado. El vapor Valdivia tendría que haber llegado al Baker a fines de Mayo. Y estaban a 5 de junio.

Julio Vicuña Subercaseaux lo miró, pero no respondió y siguió en su afán de arreglarse el traje que a esas alturas estaba inmundo, pasado de humedad, grasa y humo.

-¡Julio, qué vamos a hacer te digo! ¡No tenemos cómo salir de este desgraciado lugar!

Sin mirarlo, Vicuña Subercaseaux le respondió algo molesto:

-Tranquilízate primero hombre! sabes muy bien que los vapores de carrera internacional suelen retrasarse. Y más todavía si vienen desde Buenos Aires. Tu problema fue haber acordado con ellos el flete. Te dije que ese vapor tiene los días contados. Es una chatarra que se desplaza por gracia de Dios. No sería nada raro que sus días terminaran en el fondo del mar.

-Pero que no sea ahora pues hombre! Tenemos que salir de aquí, ¡estamos viviendo como primitivos! Igual que todos esos hacheros de allá afuera. Yo quiero salir, pero si el vapor no llega no imagino  cómo haremos para volver a la vida!

-Pregúntale a Mister Norris entonces, tú eres el gerente de esta empresa, dile que debemos salir de acá lo antes posible.

-¿Crees que resulta fácil hablar con Norris? El otro día tuvimos un fuerte altercado porque me exigía le explicara por qué no llegaba el vapor. No quiso escuchar razones y más encima me santiguó a garabatos en su inglés pueblerino. El hombre está realmente molesto y como tiene más acciones que yo en la empresa se cree con la autoridad para tratarme como si fuera su empleado.

-Pero tienes que imponerte entonces pues hombre! Tú eres el gerente. Dile que debes salir lo antes posible con el fin de averiguar qué ha pasado con el vapor y apurar su arribo al campamento para sacar a todos. Es la única opción que tenemos. Debes convencerlo, sabes que es el único que conoce estos parajes del diablo y debe tener alguna solución.

-Tienes razón Julio. Iré a convencer a este gringo bruto. Me gustaría que me acompañaras eso sí.

-Olvídalo hombre, yo tengo otros planes para hoy: conseguí que unos chilotes me llevaran en el bote al sur del Canal, iremos a cazar huemules. No he podido cazar ninguno todavía y no me iré de aquí sin un buen trofeo de caza.



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