En el Archivo Nacional Histórico de Chile
(calle Miraflores # 50, frente a la pequeña Plaza Benjamín Vicuña Mackenna) se
encuentra el Patrimonio documental de las administraciones de gobierno regional
de la nación hasta mediados del siglo XX más o menos, en los Fondos denominados
Gobernaciones, Intendencias y Municipalidades.
De Aysén, hay solo 1 volumen, es decir 1
libro, en el Fondo Intendencia de Aysén, correspondiente al año 1931.
Nada más.
¿Dónde están los documentos
gubernamentales de carácter local producidos desde la instalación de
administración pública en la Provincia en los primeros meses de 1928?
Es una pregunta aún sin respuesta. Aquel
único volumen de Intendencia es a la vez testimonio de la fragilidad histórica
de Aysén y valioso conjunto de breves documentos que dan cuenta del trabajo administrativo
bajo el mando de Luis Marchant González,
segundo intendente de la provincia de Aysén.
Se podría pensar que todo se quemó en el
gran incendio de la Intendencia de Aysén, pero eso sucedió en los años sesenta.
¿Por qué no llegaron los documentos oficiales de la provincia antes al Archivo
Nacional? ¿Llegan hoy los documentos oficiales de la administración regional a
un fondo documental que permita en el futuro comprender desde una perspectiva
“oficial” el devenir de este presente vertiginoso?
Para encontrar documentos oficiales de
Aysén hay que tener mucha suerte, algo de olfato. Pero ante todo una suerte
excesiva. Muchos documentos están en bibliotecas particulares, muchos dispersos
entre volúmenes y volúmenes de los Fondos documentales de Ministerios y otros
servicios públicos.
Es hora de avanzar en el desarrollo de un
Archivo Documental Regional, donde resguardemos la producción documental que es
testimonio del desarrollo de esta región que ya no puede seguir escudando su
fragilidad histórica en una juventud pretendida frente a las otras historias
regionales.
En 2001-2002 Aysén participó del proyecto
Censo Guía de Archivos de España e Iberoamérica, lo que permitió catalogar 48
registros de archivos públicos y privados sólo en el territorio regional (ver http://censoarchivos.mcu.es). Este
trabajo fue la primera y hasta ahora más importante iniciativa por reconocer
los lugares donde se encuentra nuestro patrimonio documental.
Pero es necesario comenzar a pensar en un
Archivo Regional que permita el acceso público a los documentos que dan cuenta
de nuestra historia, hasta ahora construida con los retazos y recortes que se
van encontrando en el afán investigativo que mueve a no pocos investigadores
dentro y fuera de la región.
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