(artículo para suplemento Letras de Aysén, septiembre 2013)
Mauricio Osorio Pefaur
Producciones Ñire Negro
Si
uno dice o escribe “Isla de los Muertos”, la conexión es inmediata con el
misterio que rodea un cementerio ubicado cerca de la desembocadura del río
Baker, en la comuna de Tortel.
Si
por el contrario, se habla o escribe de “Bajo Pisagua”, hay cierta confusión en
quien escucha, en los que leen: ¿dónde es eso?, ¿tendrá relación con la isla de
los muertos?, ¿se refiere a lo que pasó en 1931 o 1932?
Puerto
Bajo Pisagua, existió como muelle, bodegas y oficinas, en la margen occidental
de la desembocadura del río Baker. Fue bautizado así por la expedición de Hans
Steffen en 1898, en honor al vapor Pisagua en el que se movilizaban y que varó
en el sector.
La
Compañía Explotadora del Baker, aprovechó las casas edificadas en 1900-1901 por
la comisión de límites chilena, levantó otras y mejoró el muelle, con obreros
chilotes. Iniciaba así sus operaciones en el sector concesionado a Juan
Contardi en 1903 y traspasado a la Compañía al año siguiente, por intermedio de
los hermanos Juan y Florencio Tornero.
Los
trabajos de esta empresa ganadera se iniciaron probablemente en 1905. A fines
de ese año contrató más de 200 trabajadores, la mayor parte originarios de
Chiloé, y unos pocos de Puerto Montt. En un vapor los trasladó al Baker donde
se desarrollarían faenas camineras, madereras y de construcción.
Una tragedia
se desata en el invierno del año siguiente, época en la que no debía haber
personas en el sector, pues las condiciones no permitían una estadía para un
contingente tan numeroso. Un supuesto vapor debía retirarlos en junio de aquel
año, pero no llegó ese mes ni en julio, ni en agosto. Los obreros habían sido abandonados.
Recién
el 27 de septiembre de 1906, el vapor Araucanía, proveniente de Punta Arenas y
en carrera hacia Puerto Montt, recoge a 157 personas sobreviviente de la
tragedia, según afirmó después en escritura notarial, su capitán, Guillermo
Titus.
El abandono
de los obreros es la razón principal de la tragedia según los nuevos
antecedentes que hemos hallado. Falta de alimento a causa de la prolongación
forzosa de la estadía en el Baker, brote de escorbuto como consecuencia de la
escasez de alimentos. Muerte de 59 trabajadores en el sector. Muerte de 8 más
en el viaje de regreso a Chiloé. Un total de 67 personas. Es lo que algunos
medios de prensa escritos de Puerto Montt y Chiloé informaron en septiembre y
octubre de 1906.
Gracias a uno de estos periódicos, hoy podemos
conocer los nombres de las 59 personas fallecidas en Baker, y devolverles el
espacio que merecen en la historia.
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