Caminar sobre las manchas
Y ensuciarlas parece redundante, empalagoso
Como azúcar y chancaca,
Pero sucede.
A las diez de la mañana o a las cuatro de la tarde
De días cálidos, despejados
Con bototos caterpillar o salomon
zapatillas thimberland o columbia
Caminar sobre esas manchas congeladas y ensuciarlas
Con la ingenuidad de ser los primeros
Y ese latido interno, ulceroso
De saber que somos parte de los últimos
Mientras se derrite todo
Mantequilla bajo el cielo encendido
Que cocina, cocina
El futuro
29 septiembre 2008
27 septiembre 2008
21 septiembre 2008
Domingo
Domingo, noche ya. El estómago lleno, después de un almuerzo decoroso fuera de casa. Un almuerzo de familia, de tú y yo y las niñas jugando más allá. De restaurant histórico, semi colmado o semi vacío. Un almuerzo contundente, donde las papas fritas caras fueron demasiadas y las cominos a manos llenas, riendo como hace años ¿como siempre? Afuera un sol que acariciaba y a la vez -oh conciencia lascerante- nos mortificaba las moléculas con sus agujas infectadas de UV. Domingo como hace tiempo no te dedicaba, no me dedicaba. Pero mi dolor está aún en el centro, apretujando el alma, dolor cariñoso, innecesario y mío.
Domingo, noche ya y las ganas de escribir, se encienden como buenas astillas arrancadas de la tabla más vieja de la casa. Se encienden y se consumen en una pasada. El humo calientito se mantiene por unos segundos más y luego todo vuelve a la normalidad del frío.
Domingo, noche ya y las ganas de escribir, se encienden como buenas astillas arrancadas de la tabla más vieja de la casa. Se encienden y se consumen en una pasada. El humo calientito se mantiene por unos segundos más y luego todo vuelve a la normalidad del frío.
La Paz, 1992
De pronto/mañana de domingo/busco fotografías/miradas que di en el pasado/al presente/que me observaba.
18 septiembre 2008
09 septiembre 2008
Notas de campo. Martes 6 de agosto de 2002. Villa O'higgins
Ayer lunes 5 de agosto, hubo una muerte en la Villa. Falleció una anciana, al parecer la mujer más vieja de la localidad, inscrita según su carnet de identidad el año 1908, cuando ya tenía según las diversas versiones orales, 14, 15 o más años de edad.
La gente del pueblo le calcula una edad que oscila entre los 110 y los 130 años.
Su sobrenombre era Abuela Lala. Vivía sola en su casa habitación ubicada en la esquina de calles Lago O’higgins y xx. No tenía familia en la comuna ni en la región. Tiene una hija viviendo en Argentina.
La señora era cuidada por una mujer joven contratada por el municipio para realizar ese trabajo. Como ella hay otra persona más que cuida dos ancianos.
Su muerte se produjo a las 4 de la tarde del día lunes, en su cama, de la cual se levantaba a veces por su delicado estado de salud.
Yo visité la casa hoy como a las 11:45 de la mañana. Pedí permiso para visitar a la difunta y fui acompañado por la señora Florentina, esposa de “Pirincho”. Al llegar a la habitación, la señora me mostró la cara de la difunta, diciéndome algo así como: “mire como quedó la abuelita, quedó igualita no más”. La señora estaba tendida en su cama, en los orificios nasales tenía tapones de algodón y su cabello estaba disperso sobre la almohada. Su cuerpo se veía diminuto. En ese momento entró otra señora, de nombre Julia, con la que la señora Florentina entabló conversación de inmediato.
La señora Florentina contó que su hija, de nombre María había soñado la noche de domingo 4 de agosto con la Abuela que le decía en el sueño que hasta que ella no la fuera a visitar, no se moriría, sólo esperaba su visita para descansar. La hija de la señora Florentina decide entonces visitarla la mañana del lunes y conversa con la anciana hasta el mediodía. La señora Lala muere luego a las 4 de la tarde.
La gente del pueblo le calcula una edad que oscila entre los 110 y los 130 años.
Su sobrenombre era Abuela Lala. Vivía sola en su casa habitación ubicada en la esquina de calles Lago O’higgins y xx. No tenía familia en la comuna ni en la región. Tiene una hija viviendo en Argentina.
La señora era cuidada por una mujer joven contratada por el municipio para realizar ese trabajo. Como ella hay otra persona más que cuida dos ancianos.
Su muerte se produjo a las 4 de la tarde del día lunes, en su cama, de la cual se levantaba a veces por su delicado estado de salud.
Yo visité la casa hoy como a las 11:45 de la mañana. Pedí permiso para visitar a la difunta y fui acompañado por la señora Florentina, esposa de “Pirincho”. Al llegar a la habitación, la señora me mostró la cara de la difunta, diciéndome algo así como: “mire como quedó la abuelita, quedó igualita no más”. La señora estaba tendida en su cama, en los orificios nasales tenía tapones de algodón y su cabello estaba disperso sobre la almohada. Su cuerpo se veía diminuto. En ese momento entró otra señora, de nombre Julia, con la que la señora Florentina entabló conversación de inmediato.
La señora Florentina contó que su hija, de nombre María había soñado la noche de domingo 4 de agosto con la Abuela que le decía en el sueño que hasta que ella no la fuera a visitar, no se moriría, sólo esperaba su visita para descansar. La hija de la señora Florentina decide entonces visitarla la mañana del lunes y conversa con la anciana hasta el mediodía. La señora Lala muere luego a las 4 de la tarde.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)