Aquella mañana de año nuevo, el viento no dejó de azotar las cuerdas
que pendían de las estacas del futuro pueblo. Poco a poco llegaban
pobladores desde distintos puntos del valle Simpson, para celebrar la
fundación. Se llamaría Balmaceda en honor al presidente que impulsó la
colonización nacional, antes que fuera derrocado en 1891.
No se
sabe muy bien por qué Antolín Silva Ormeño eligió aquel 01 de enero de
1917 para fundar Balmaceda. El caso es que así lo informó al Gobiern
o en agosto de ese mismo año, cuando le escribió solicitando el reconocimiento por decreto la fundación de la localidad.
En el volante que Silva Ormeño preparó en noviembre de 1916 para
promover entre los pobladores la fundación del pueblo, informaba que la
mensura y estacado del mismo (siguiendo el plano circular que había
dibujado en junio de 1914 según sus propias anotaciones), demoraría unos
dos meses y se necesitarían unos dos mil metros de madera aserrada para
las estacas. Planteaba asimismo a los potenciales interesados, que
contribuyeran con $20 moneda argentina, los que serían destinados a la
construcción de la escuela pública de la localidad.
Para aquel 01
de enero, imagino que se organizaron con el fin de realizar un acto
simbólico, no una fiesta (bueno, tal vez sí hubo fiesta: asados, licor,
para celebrar el acontecimiento), como el izamiento del pabellón
chileno, o simplemente la congregación de pobladores para hacer oficial
una idea que ya llevaban conversando por lo menos 5 años.
Con el
pueblo fundado, comenzó el levantamiento de las primeras viviendas.
Ladrillos, adobe y madera fueron los materiales usados en ello, zinc
traído de Argentina o tejuelas hechas en los bosques cercanos, para los
techos.
En junio de 1918, el ingeniero Carlos Lemus, en viaje al
sector de Chile Chico para levantar actas por los bienes de los
pobladores que Carlos Flach pretendía desalojar, pasó por Balmaceda y
contabilizó 35 casas ya erigidas, y una población aproximada de 250
personas. Todos esperaban el decreto que diera por creado el pueblo,
pero no se sabía nada todavía y Lemus no fue de gran ayuda en dilucidar
las inquietudes de los colonos.
Tiempo después, a fines de ese
1918, se enterarían todos que el Gobierno no había podido avanzar nada
por el simple hecho que el expediente elevado por Silva Ormeño, había
permanecido extraviado más de 1 año ¡en la Oficina de Tierras y
Colonización de la Araucanía! Desde allá fue devuelto recién en
noviembre y pudo así seguir su tramitación durante todo 1919, año que
cerraría con la dictación del decreto Nº 1610 el 30 de diciembre, donde
se "creaba" el pueblo de Balmaceda y se aceptaba el plano propuesto por
su fundador, Antolín Silva Ormeño, aunque con ciertos reparos que 10
años después quedarían plasmados en el plano oficial del Estado... pero
esa es otra historia.
¡Feliz Centenario Balmaceda!
Mauricio Osorio