11 diciembre 2009

Lanzamiento Preguntas Por mi Tierra, de Julián Vásquez Villarroel


Hoy, 11 de diciembre se realizó el emotivo lanzamiento del libro PREGUNTAS POR MI TIERRA. Cuentos de Patagonia Aysén, del escritor y profesor primario Julián Vásquez Villarroel. El evento se llevó a cabo en la Escuela San José Obrero de la ciudad de Coyhaique, establecimiento en el que el profesor Vásquez trabaja desde hace 6 años.
La edición de este libro de relatos ayseninos estuvo a cargo de Ediciones Ñire Negro y estamos orgullosos del resultado final que alberga una narrativa de mucha fuerza literaria y compromiso social y cultural. A continuación presento el prólogo que Julián me pidió escribiera para su libro.


"Cuando solemos hablar de la región de Aysén, surgen de inmediato las referencias a la exuberancia y pristinidad de su naturaleza, alimentadas por miradas contemporáneas que exaltan el carácter único del territorio, la necesidad de protegerlo, de cuidarlo, de mantenerlo para las futuras generaciones ayseninas, chilenas y planetarias en general. Pero a esos enfoques les hace falta re-conocer a los habitantes de ese territorio, aquellos que han configurado una cultura patagónica en un lapso de tiempo mucho mayor que los magros cien años con que aún se pretende caracterizarla. Si hacemos justicia a la historia anónima protagonizada por pobladores indígenas, chilenos, argentinos y extranjeros, nos daremos cuenta que los valores que se cultivaron en toda la Patagonia, surgieron de la contingencia del habitar humano en un territorio compartido, y se han difundido a pesar de las fronteras nacionales impuestas a principios del siglo XX, dispersándose a través del relato, la conversación y la re-creación de una historia social tan única como el territorio mismo y por ello necesaria también de proteger, cuidar y enseñar a las nuevas generaciones. Julián Vásquez, autor emergente en las letras ayseninas, se propone seguir este camino, logrando de paso algo muy difícil: escribir la oralidad, con una fuerza narrativa sustentada en la sencillez, trasladando al texto escrito el ritmo propio del relato oral, su profundidad como “habla” de una comunidad cultural. Este es sin duda uno de los elementos centrales de la propuesta narrativa de Vásquez, cada relato se lee como si el lector estuviese oyendo una historia al ruedo de una mateada o compartiendo alrededor del fuego, a la espera del chiporro asado. El autor no necesita recurrir a los cuadros costumbristas ni a la descripción lata de escenas típicas, para hacernos sentir en Patagonia. Simplemente nos plantea historias profundas de estas tierras, historias cuyos tópicos y tensiones valóricas han pasado de generación en generación entre las familias ayseninas, sustentándose en infinidad de relatos y en una variada escenografía, ya sea el lago General Carrera, el río Palena, los escoriales de la ruta O’higgins-Cochrane o la vida pueblerina a lo largo del territorio. Otro elemento que destaca en la narrativa de Vásquez es justamente la valorización del mundo rural como el espacio donde los ayseninos han construido su cultura, adaptándola a las transformaciones que la modernización ha instalado en el devenir regional. Es por ello que este conjunto de historias rurales de la región de Aysén se observa como una vía poderosa para transmitir a las nuevas generaciones una cosmovisión sustentada en el respeto y la defensa de la tierra que ha cobijado a generaciones en todos sus rincones; en la aceptación de la diversidad cultural que en Aysén se expresa en personajes provenientes de diferentes lugares del país y del mundo, que han aprendido a compartir un territorio donde el sacrificio cotidiano es recompensado con una calidad de vida sin igual. Les invitamos a disfrutar, como nosotros lo hemos hecho, de estos 8 relatos, sugiriéndoles también que los reproduzcan en las conversaciones con amigos y familiares, para mantener de este modo una tradición cultural que forma parte de la identidad de Patagonia Aysén.
Mauricio Osorio Pefaur
Coyhaique, noviembre 2009"


Preguntas Por mi Tierra. Cuentos de Patagonia Aysén. Ediciones Ñire Negro, 2000 ejemplares. Coyhaique, 145 págs

03 diciembre 2009

Presentación de Adiabática

ADIABÁTICA deIvonne Coñuecar Araya


Por Mauricio Osorio Pefaur

02-12-09

Buenas tardes. Agradezco la invitación que Ivonne me hizo hace dos semanas atrás para que presentara su segundo libro. Cuando leí Catabática, su primer trabajo, me sorprendió su poética del cuerpo y del territorio: muy lejos del canto a la maravilla del paisaje, muy cerca del canto al dolor y al desgarro compartido entre el cuerpo del hablante y el cuerpo-territorio que acompaña a sus gentes por los derroteros de todas las tierras.

Ivonne Coñuecar es una poeta directa, plagada de un silencio amplio, pero que resuena con una poética poderosa. Que se engulle las normas de la academia, para hablar por sí misma con ese alimento y también con el que a grandes bocados consumió en la tierra propia, sin intérpretes, sin filtros, sin pedir permiso.

Nace en 1980 y aquí en Coyhaique se cría, agarrada a la tierra que la perfiló, la esculpió, la venteó entera de niña y adolescente.

Ivonne emigra por estudios, por alimentarse de academia, para alimentarse con esa sopa espesa que se bebe en la academia. Estudia periodismo y se titula de tal. Y sigue bebiendo ahora en un Magíster de literatura hispanoamericana Contemporánea. Sigue bebiendo academia, pero pensando a contrapelo de ella, bebe conocimiento para enfrentar conocimiento.

Ivonne emigra con una poética aprisionada en la provincia, y allá en el norte, ese norte construido por la provincia, la despliega con poderosa confianza en un proyecto escritural de largo aliento.

Nace de todo ello y más la trilogía que pido a ella nos comente mejor más tarde. Trilogía costurada a la Patagonia, a su propia piel, a su alma.

Catabática inicia este proyecto hablándonos del desarraigo y del arraigo adolorido por la conciencia del propio desgarro de su tierra, de su familia, por la conciencia de que la construcción está en el acto de escribir-se recomponerse el cuerpo fragmentado, el territorio. Acto político de escriturar el retorno.

Adiabática nos habla ahora de la apropiación sin concesiones de su trozo de Patagonia a pesar de Patagonia, del país y del pequeño pueblo-familia que dice, que quiere, que cree, que habla y que ignora.

Nos habla desde una condición de huerfanía, asumida, casi diríamos cultivada desde dentro, regada por la contingencia de las historias familiares, y la creída poderosa contingencia de la transición inexistente.

La mirada adiabática descorre desde el extraño y lejano sur la ropa sucia de un país que no ha logrado ser nada, que se ha llenado de arreglos, creyendo que no nos damos cuenta, creyendo que no pensamos, creyendo que no nos haremos cargo. Descorre también desde las calles ingenuas y ochentenas, bucólicas y cuchicheras esa región vasta y postal, para reivindicar su profunda marca cultural en las gentes que la habitan: una marca cultural que las hace solas, impermeables y de una calidez brava y cortante.


Mi casa tiene unas manos que entran por todos lados / por las rendijas y las sombras / unas manos sin brazos y sin cuerpo hurguetean mi casa costra / mi casa sangre…


La poeta construye un hablante que respira en el encierro, que comunica desde el encierro, salpicando a todo y todos, salpicando una verdad y no. La propia historia superpuesta a las 2 últimas décadas del siglo XX donde el país se pretende saliendo de una dictadura, se pretende instalando una democracia, pero nada de eso. Se debe seguir entonces en una construcción aislada, tapiando todos los poros de la membrana realidad, para así intentar la comunicación verdadera, en el silencio más puro, en el silencio del viento rasante, del cielo abierto, de la nieve cayendo, de la modernidad metálica instalándose sobre cimientos de desmemoria.


ADIABÁTICA, Ediciones Kultrún, 2009. Valdivia, Chile. 55 páginas