23 junio 2007

Nocturna

Por las noches claras y amarillas
Voy camino de la suerte y la fortuna
Si me asalta el desvarío de la luna
La tajeo con toda clase de cuchillas

Y todo el mundo observa aquella escena
La luna con la cabeza rasguñada
Que se sonríe de verse tan obscena
Y se pasea como loca desgreñada

A su derecha bufa una silueta
Que se sostiene apoyada al infinito
Con la diestra empuña una muleta
Y la siniestra se prepara de a poquito

Para ensartar la hedionda epifanía
En el tumulto que mira el horizonte
Como esperando asir la sinfonía
De los colgados en la cima de los montes

El viento mece a esa hora moribunda
Varios cuerpos salpicados de orificios
Carroñeros de pelaje sobre el cielo abundan
Con sus picos rojos de tanto sacrificio

Porque trabajo han tenido por semanas
Es mucha muerte la que vida les regala
Y sin descanso han comido carne y ensalada
Gordos y brillosos se pasean con sus alas

2 comentarios:

El Guanaco Volador dijo...

Hola Mauricio.

Muchas gracias por tus palabras.

Con tu permiso publiqué tu comentario en una entrada de El Guanaco.

Un honor aprender de quien conoce.

Mauricio Osorio Pefaur dijo...

Gracias Guanaco, me parece que la fragilidad de la obra humana en la inmensidad merece un elogio similar al que nos provoca la torre eiffel o las pirámides. Acá esa pequeña ermita le da sentido a nuestra existencia como seres humanos.