11 diciembre 2024

Anochece

Anochece. 
Papá riega su huerta imposible y bella. 
Los damascos 
se sostienen apenas 
puestas de sol apretujadas entre las hojas. 

 Anochece. 
El tráfico no se detiene 
en esta esquina, 
que hace cuarentaycincoañosservíadearcoenlapichanga. 

De repente 
resuenan las risas del antiguo barrio, 
las naciones, 
la pinta, 
la pelota. 

La vecina que a todos nos gustaba 
vuelve a sonreír 
mientras extiende su mano 
sobre nuestras cabezas. 

Anochece. 
La memoria inventa y sueña 
el mundo que ya no existe.

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